SEMLOR, BOLLOS NÓRDICOS DE CUARESMA

INGREDIENTES
Relleno
125 g de almendra molida
100 g de azúcar
50 – 60 g de leche
Bollos
450 g de harina de fuerza
180 – 200 g de leche
70 g de azúcar
1 (55 g) de huevo + extra para pincelar
50 g de mantequilla
12 g de levadura (4 g de levadura ceca)
5 g de sal
1 cucharadita de cardamomo recién molido
Terminado
200 g de nata montada azúcar glass para decorar
ELABORACION
Para el relleno, disuelve el azúcar en la leche y mézclalo con la almendra molida, trabajándolo
hasta obtener una pasta, resérvala. Para la masa, calienta la leche y derrite en ella la
mantequilla. Cuando este tibia, incorpora el resto de los ingredientes. La masa se pegara un
poco a las manos nada más mezclarla, pero después en cuanto la pases a la mesa y empieces a
amasarla, resultara realmente agradable de trabajar. Pliégala sobre sí misma y hazla rodar;
repite este amasado durante unos 8 o 10 min, hasta que la masa este lisa y brillante. Deja que
fermente cubierta hasta que doble su volumen. Divide la masa en porciones de 100g y forma
bolas, haciéndolas girar con rapidez con una mano sobre la otra o sobre la mesa. Con la mano
superior, forma una especie de jaula para que la bola no se escape y hazla rodar rápidamente
sobre un eje imaginario, sin que se mueva de su lugar, hasta que tenga una superficie lisa y un
recogido en forma de espiral en la parte inferior. Disponlas sobre una hoja de papel de hornear
separadas al menos unos 5 cm, para que tenga espacio suficiente para crecer al fermentar.
Deja que fermente durante 2 horas, hasta que casi haya duplicado su volumen y estén muy
esponjosas. Pincélalas con huevo y hornéalas unos 10 min a 230 ºC. (Si ves que se doran
mucho, baja la temperatura a 200 ºC y tápalas con un poco de papel de aluminio.)

Una vez fríos, corta una tapa a los bollos (es muy tradicional hacerlo en forma triangular o
circular), retira un poco de la miga y rellena con una cuchara sopera bien colmada de masa de
almendra. Añade una capa de nata montada de unos 2 o 3 cm de espesor, coloca la tapa del
bollo y espolvorea con azúcar glas. Disfrútalos tal cual o remojados unos minutos en un tazón
de leche caliente.