QUEIMADA
INGREDIENTES
- Aguardiente
- Azúcar blanco
- Cortezas o piel de limón
- Corteza de naranja
- 2 cucharadas de granos de café sin moler
- Trozos de manzana (opcional)
ELABORACIÓN
En un recipiente de barro cocido, también llamado “pote” vertemos el aguardiente y el azúcar, en la proporción de 120 gramos por cada litro de líquido.
Añadimos las pieles de limón, de naranja y los granos de café.
Removemos y le prendemos fuego con un cazo en el que previamente habremos colocado un poco de azúcar con aguardiente. Muy despacio, lo acercamos al recipiente hasta que el fuego pase de uno a otro.
Vamos removiendo hasta que el azúcar se consuma.
En el mismo cazo echamos un poco de azúcar granillo, sin mojar, lo colocamos sobre la queimada y removemos hasta convertirlo en almíbar, lo vertemos sobre las llamas y, removiéndolo continuamente, teniendo cuidado de no quemarnos; esperamos a que las llamas tengan un color azulado. Se revuelve hasta que se haya consumido el alcohol y la queimada se apague por sí sola.
Servimos la queimada caliente, incluyendo también los granos de café, la cascara de limón, de naranja, trozos de manzana y bebemos. En algunas ocasiones hay que soplar, para no quemarse. Recordar que cuanto menos tiempo de quemado más fuerte será la queimada.
De vez en cuando de vez con precaución, vamos probando para conseguir el punto que nos guste y apagamos la queimada, aunque antes de llegar a este punto, tendremos que hacer el ritual que está dirigido a alejar a los malos espíritus y a las meigas.
Cualquier ocasión es buena para realizar una queimada.
Después de la cena, en la oscuridad de la noche, todos los amigos se reúnen alrededor de la queimada.
Tú serás el encargado de levantar el cucharon con el liquido encendido, dejándolo caer poco a poco en el recipiente mientras pronuncias este conjuro.
CONXURO
Mouchos, coruxas, sapos e bruxas.
Demos, trasgos e diaños, espíritos das nevoadas veigas.
Corvos, pintigas e meigas, feitizos das menciñeiras.
Podres cañotas furadas, fogar dos vermes e alimañas.
Lume das Santas Compañas, mal de ollo, negros meigallos, cheiro dos mortos, tronos e raios.
Oubeo do can, pregón da morte, fociño do sátiro e pé do coello.
Pecadora lingua da mala muller casada cun home vello.
Averno de Satán e Belcebú, lume dos cadáveres ardentes, corpos mutilados dos indecentes, peidos dos infernais cus, ruxido da mar embravecida.
Barriga inútil da muller solteira, falar dos gatos que andan á xaneira, guedella porca da cabra mal parida.
Con este cullerón levantarei as chamas deste lume que asemella ao do inferno, e fuxirán as bruxas a cabalo das súas escobas, índose bañar na praia das areas gordas.
¡Oíde, oíde! os ruxidos que dan as que non poden deixar de queimarse no augardente, quedando así purificadas.
E cando esta queimada baixe polas nosas gorxas, quedaremos libres dos males da nosa alma e de todo embruxamento.
Forzas do ar, terra, mar e lume, a vos fago esta chamada: si e verdade que tendes mais poder que a humana xente, aquí e agora, facede cos espíritos dos amigos que estan fora, participen con nos desta queimada.
Buhos, lechuzas, sapos y brujas.
Demonios maléficos y diablos, espíritus de las nevadas vegas.
Cuervos, salamandras y meigas, hechizos de las curanderas.
Podridas cañas agujereadas, hogar de gusanos y de alimañas.
Fuego de las almas en pena, mal de ojo, negros hechizos, olor de los muertos, truenos y rayos.
Ladrido del perro, anuncio de la muerte; hocico del sátiro y pie del conejo.
Pecadora lengua de la mala mujer casada con un hombre viejo.
Infierno de Satán y Belcebú, fuego de los cadáveres en llamas, cuerpos mutilados de los indecentes, pedos de los infernales culos, rugido de la mar embravecida.
Vientre inútil de la mujer soltera, maullar de los gatos en celo, pelo malo y sucio de la cabra mal parida.
Con este cazo levantaré las llamas de este fuego que se asemeja al del infierno, y huirán las brujas a caballo de sus escobas, yéndose a bañar a la playa de las arenas gordas.
¡Oíd, oíd! los rugidos que dan las que no pueden dejar de quemarse en el aguardiente quedando así purificadas.
Y cuando esta queimada baje por nuestras gargantas, quedaremos libres de los males de nuestra alma y de todo embrujamiento.
Fuerzas del aire, tierra, mar y fuego, a vosotros hago esta llamada: si es verdad que tenéis más poder que la humana gente, aquí y ahora, haced que los espíritus de los amigos que están fuera, participen con nosotros de esta queimada.